sábado, 17 de noviembre de 2012

desarrollo vital integral


El desarrollo humano depende fundamentalmente de las ideas, valores, prácticas, relaciones e instituciones comunitarias y sociales en las que crece la persona, la escuela incluida. Las ideas y valores (la cultura) de la comunidad funcionan como expectativas que la persona debe aprender, es decir interiorizar por medio de la interacción social. Las expectativas sociales se convierten en necesidades, intereses y capacidades que nos definen como seres humanos. El principio de la esperanza en el que nos hemos formado nos dice que aunque el ser humano está condicionado por su ambiente socio-cultural, puede mediante su pensamiento y acción entender, criticar y transformar su relación con dicho ambiente y con ello a sí mismo y a su ambiente.
Iniciamos una nueva centuria en medio de profundas transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales. La situación de crisis de valores que afecta a nuestra sociedades y que toca de cerca a nuestros niños y jóvenes , en muchas ocasiones tiene por consecuencia el desarrollo de actitudes y comportamientos alejados de valores morales, éticos y cívicos tradicionalmente tenidos en alta estima por nuestros pueblos.
La delincuencia, la agresión y la violencia, el uso de drogas, alcohol, tabaco, los estilos de vida egocéntricos, y consumistas, indiferentes a las necesidades profundas de sí mismo, de los otros y a las normas de sana convivencia social, son testimonio de esta situación de crisis.

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